Tip: Revisá las métricas de los últimos 10 posts. Si la mayoría tiene bajo rendimiento, estás frente a contenido fantasma.
Ves que tus publicaciones no están teniendo el impacto que esperabas, el primer paso es revisar tus insights. Mirá con atención qué posteos funcionaron mejor y buscá patrones: temas, horarios, formatos. No se trata solo de repetir lo que ya hiciste, sino de entender qué tipo de contenido conecta con tu comunidad. Desde ahí, podés empezar a ajustar tu estrategia con más claridad.
Otra forma de salir del modo “invisible” es animarte a probar nuevos formatos. Los Reels, carruseles o lives con un buen storytelling suelen tener mejor rendimiento que los posteos estáticos. También es importante que cada publicación tenga un propósito claro: educar, emocionar, entretener o inspirar. Cuando sabés por qué estás publicando algo, es más fácil que tu audiencia lo reciba con interés.
Y no te olvides de mostrar el lado humano de tu marca. Compartí procesos, aprendizajes, errores, lo que hay detrás de cámara. Eso genera cercanía real. Si querés una herramienta extra, aprovechá los Reels de prueba que ofrece Instagram: te permiten saber si un video va a funcionar antes de subirlo oficialmente. Podés usar frases que abran conversación. Un simple “¿Te pasó algo parecido?” o “Contame en los comentarios” puede hacer toda la diferencia.
No se trata de ganarle al algoritmo con trucos, sino de crear contenido con intención. Para eso, es clave tener una estrategia flexible, realista y que se ajuste a vos y a tu negocio.
Algunas ideas que pueden ayudarte:
Y si ya intentaste todo y sentís que tus publicaciones siguen sin despegar, no estás solo.
Agendá tu consultoría personalizada y detectamos qué está fallando, cómo mejorar tu visibilidad y qué tipo de contenido puede hacer crecer tu negocio en redes sociales.
No sigas creando contenido fantasma: hacé que cada publicación cuente.